Una de las zonas más desconocidas de Santander son los acantilados de Mataleñas y Cabo Mayor:
Aunque un paseo por el muelle, la avenida de Reina Victoria o la península de la Magdalena es imprescindible para disfrutar de las vistas de la bahía de Santander, la gente generalmente se conforma con el Sardinero para admirar la belleza del Mar Cantábrico. Si aprovechamos la senda del faro, abierta hará unos años y que facilitó enormemente el paseo por estos acantilados, no sólo disfrutaremos del batear de la mar brava contra ellos, sobre todo un día de mar brava, sino que tendremos unas preciosas vistas de la ciudad de Santander, la Cordillera Cantábrica y las playas de Somo y el cabo de Ajo en un día despejado. Muy recomendable para aquellos que les guste pasear y descubrir sitios menos turísticos cuando viajan.